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La biomecánica del movimiento humano siempre se ha descrito como una interdisciplina científica que mide, describe, analiza, valora y proyecta el movimiento humano. Esta ciencia ha surgido en el deporte como una disciplina abordada por médicos del deporte, fisioterapeutas, entrenadores deportivos e ingenieros biomédicos para ayudar a resolver interrogantes o inquietudes científicas relacionadas con el rendimiento, la rehabilitación física, el entrenamiento deportivo e incluso la prescripción del ejercicio.

Dentro de los estudios e intervenciones biomecánicas para el running, el aporte e intervención más común esta relacionado con los gestos propios de carrera, con un gran énfasis con el tipo de patrón de contacto inicial de pie y los desplazamientos en el plano coronal que genere el pie durante el apoyo en el piso. Algunos estudios mas avanzados establecen estudios biomecánicos en laboratorios de movimiento con tecnologías sofisticadas y establecidas como patrón de oro en las evaluaciones, sin embargo, estas son de difícil acceso y en ocasiones con altos costos para los corredores y con baja resolución de los problemas por los cuales acuden a este tipo de estudios debido a la complejidad de los reportes, algunas veces poco entendibles para corredores o entrenadores.

De acuerdo con lo anterior, se ha reconocido tradicionalmente que el patrón de impacto del pie (cómo el pie toca el suelo en el primer contacto) es un evento crítico en el correr, estableciéndose como el condicionante principal del gasto de energía durante la carrera debido a las fuerzas de contacto desarrolladas y, por ende, un factor predictivo de riesgo de lesiones y de rendimiento.

Se ha establecido que aquellas personas que realizan el contacto inicial con el talón tienen una menor economía de movimiento lo cual afecta el rendimiento y generan un mayor riesgo de lesiones. Sin embargo, los estudios científicos generados a lo largo de la última década han demostrado que, cerca del 94% de los corredores tienen una técnica de pisada con talón, así mismo que el rendimiento no esta relacionado con este aspecto y que los riesgos de lesiones no son mayores.

Así mismo se ha estudiado cual es el beneficio de la modificación de la pisada de talón llevándola a un contacto mas anterior del pie; siendo los estudios concluyentes en que esta conducta no mejora la economía de carrera, no elimina el factor de riesgo de impacto del pie con el suelo (genera absorción de energía similares, pero en otras partes del pie) y no reduce el riesgo de lesiones relacionadas con la carrera.

Lo relacionado al desplazamiento del pie en el plano coronal, el estudio de la técnica de la pisada enfocada principalmente en la característica pronadora y supinadora de esta, usualmente se realiza para la escogencia del calzado apropiado y en algunos casos más específicos, se recomienda para conocer la necesidad de uso de plantillas. Se ha establecido que tanto la pisada pronadora como supinadora incrementa el riesgo de lesiones, las cuales son diferentes según el movimiento.

La literatura médica no es concluyente sobre la personalización del calzado deportivo para reducir lesiones. En referencia a las plantillas los datos resultan contradictorios lo cual puede deberse a la calidad de los estudios y que las plantillas que se comparan como personalizadas tienen unas características biomecánicas diferentes unas con las otras.

Lo anterior genera un ambiente algo desalentador con referencia a los estudios biomecánicos, esto sumado a que muchas herramientas y aplicaciones disponibles para teléfonos inteligentes, no cuentan con ningún grado de validación al compararlos con exámenes patrones de oro (laboratorios de movimiento 3D). Por último, es lógico pensar que muchos estudios de intervención basados en patrones biomecánicos fallan ya que se centran en la pisada olvidando que los gestos deportivos de carrera tienen una sinergia de movimientos de brazos, tronco y extremidades inferiores; por lo cual resulta justificable resultados tan ambiguos y poco alentadores.

Un ejemplo claro de la afirmación anterior hace referencia que solo el 41% del movimiento generado en la carrera a velocidad 3.2m/seg, está generándose en el pie, desconociendo que más de la tercera parte del movimiento se genera por acción muscular en la cadera. La creciente literatura científica sugiere que la debilidad de los músculos que estabilizan la cadera conduce a una mecánica atípica de las extremidades inferiores y al aumento de las fuerzas dentro de esta, incrementándose los riesgos de lesiones.

Sin embargo, en muchos casos se desconocen lo que nos muestra la literatura científica referente al análisis de la técnica de la carrera, más allá de los datos básicos y funciones ya mencionados.

Al hablar de un análisis riguroso de la pisada, este debe incluir conceptos como desplazamientos del centro de presiones, estabilometría (estudio del equilibrio), asimetrías, evolución del centro de presiones durante la dinámica de la carrera, el estudio cinemático de la carrera (tiempos de vuelo, tiempos de apoyo, posibles dismetrías, desplazamientos angulares), entre otros; estudios que se centran en valores y variables biomecánicas establecidas como factores predisponentes de lesiones y aspectos que influyen en la economía del movimiento.

A través de estos estudios es que se evalúan estos y otros componentes de la técnica de la pisada, realizándose así una verdadera aproximación sobre sus implicaciones en el rendimiento y la prevención de lesiones.

Dr. Juan Manuel Correa S., M.D.
Especialista en Medicina del Deporte
Universidad El Bosque
Master en promoción de la Actividad física y entrenamiento Adaptado a patologías
Universidad de la Coruña, La Coruña (España)
MEDICO Y CIRUJANO
Pontificia Universidad Javeriana