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En los últimos años la estabilidad del core se ha convertido en una tema relevante en medicina del deporte, fisioterapia y en general para las personas activas físicamente como por ejemplo los ´runners´. Su importancia se ha incrementado debido a la teoría de que la inestabilidad del core durante la actividad puede reducir la eficiencia del movimiento y favorecer la aparición de lesiones.

El término core o complejo lumbopélvico hace referencia a los grupos musculares de la pared abdominal, de la región lumbar, la  cadera y la  pelvis. Se encuentra  divididos en  un sistema local y global.

El sistema local está compuesto por los músculos que se originan y/o insertan  en la columna vertebral , con excepción del psoasiliaco. Incluye el multífido, el transverso abdominal, el oblicuo interno y los músculos del piso pélvico; su función es controlar la curvatura, estabilidad y rigidez de la columna lumbar.

El sistema global lo componen los músculos que se originan en la pelvis y se insertan en la caja torácica, incluyendo el recto abdominal, el grupo de erectores de la columna y el oblicuo externo. Su función es transferir la carga entre la pelvis y la caja torácica.

La principal función del core es crear estabilidad para la generación de fuerza y movimiento en los miembros inferiores. Cuando el sistema funciona eficientemente, el resultado es una apropiada distribución de las fuerzas, un control óptimo y un movimiento funcional a través de la cadena cinética.

La estabilidad del core ha sido definida como ¨la habilidad para controlar la posición y el movimiento del tronco sobre la pelvis y las piernas para permitir la óptima producción, transferencia, control de fuerza y movimiento hacia el  segmento distal en actividades que involucren la integridad de la cadena cinética, como por ejemplo durante el ´running´, implicando una mejoría en el rendimiento deportivo y una reducción en la probabilidad de presentar lesiones principalmente  en la columna.

Debido a que el running es una actividad de resistencia, la estabilidad de core debe incluir el entrenamiento de resistencia de ésta musculatura. Para crear una base estable se recomienda empezar con ejercicios que produzcan  cocontracción mientras se mantiene una  baja compresión a nivel vertebral, por ejemplo lo que se realiza en algunas posturas de yoga (asanas).

El Yoga es uno de los sistemas ortodoxos de la filosofía India cuyo origen se sitúa 3000 años

A.C. En Sanscrito yoga significa “Unión”. Esto se refiere a la conexión/unión entre cuerpo,

mente y espíritu. Su práctica involucra posturas, técnicas de respiración, relajación y meditación.

La práctica de posturas de yoga se ha utilizado como prevención y tratamiento de algunas condiciones como por ejemplo el dolor lumbar.  Se han realizado investigaciones científicas con el objetivo de estudiar el alcance de las posturas más comunes en la práctica de yoga en la activación de los músculos del core. Dentro de estas posturas se encuentran la pinza, media pinza, silla, perro mirando hacia abajo y arriba, plancha alta y baja y gerrero II. Los resultados se muestran en la tabla 1.

Posturas Activación  Muscular
Silla EC, EOA,  GM
Pinza EOA, GM
Media Pinza EC, EOA
Perro mirando hacia abajo EOA , GM
Perro mirando hacia arriba EOA, EC, GM
Plancha alta EOA
Plancha baja EOA, EC
Guerrero II GM, EOA, EC

 

Tabla 1. Activación de los músculos del core en posturas de yoga.

Externo oblicuo abdominal (EOA), Erector de la columna (EC), Gluteo mayor (GM)

algunas posturas de yoga se pueden implementar como parte del entrenamiento de running con el objetivo de aumentar la fuerza, resistencia y corregir imbalances musculares específicos del core que podrían eventualmente causar dolor lumbar y disminución en el rendimiento deportivo.

Andrea Hernández Rodríguez, MD
Especialización en Medicina del Deporte
Universidad El Bosque
Primer año de Medicina Interna
Howard University Hospital
Médico Cirujano
Pontificia Universidad Javeriana